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El verdadero problema es que gracias a nuestro genio científico hemos hecho del mundo un barrio, pero gracias a nuestro genio moral y espiritual no hemos conseguido hacer de él una hermandad.
El verdadero problema es que gracias a nuestro genio científico hemos hecho del mundo un barrio, pero gracias a nuestro genio moral y espiritual no hemos conseguido hacer de él una hermandad.