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La vida empieza al final de tu zona de confort. No encontrarás la gloria en el centro de la seguridad, sino en su borde. No encontrarás el amor en el lugar donde estás cubierto, sino en el espacio donde estás expuesto. Tienes que arriesgarte. No sólo tienes que coger los dados, sino lanzarlos. Así que adelante, arriésgate. No tienes nada que perder, salvo la oportunidad de ganar. La vida no es lo bastante larga para pasarla al margen.