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El confinamiento en solitario me pareció el aspecto más terrible de la vida en prisión. No hay final ni principio; sólo existe la mente, que puede empezar a jugar malas pasadas. ¿Fue un sueño o sucedió de verdad? Uno empieza a cuestionárselo todo.
El confinamiento en solitario me pareció el aspecto más terrible de la vida en prisión. No hay final ni principio; sólo existe la mente, que puede empezar a jugar malas pasadas. ¿Fue un sueño o sucedió de verdad? Uno empieza a cuestionárselo todo.