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Debilita un mal hábito evitando todo lo que lo haya provocado o estimulado, sin concentrarte en él en tu afán por evitarlo. Luego desvía tu mente hacia algún buen hábito y cultívalo con constancia hasta que se convierta en una parte fiable de ti.
Debilita un mal hábito evitando todo lo que lo haya provocado o estimulado, sin concentrarte en él en tu afán por evitarlo. Luego desvía tu mente hacia algún buen hábito y cultívalo con constancia hasta que se convierta en una parte fiable de ti.