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  • La glotonería debe ser destruida por el dominio de sí mismo; la impudicia, por el deseo de Dios y el anhelo de las bendiciones reservadas; la avaricia, por la compasión hacia los pobres; la ira, por la buena voluntad y el amor hacia todos los hombres; el abatimiento mundano, por la alegría espiritual; la desgana, por la paciencia, la perseverancia y el agradecimiento a Dios; el amor propio, por hacer el bien en secreto y orar constantemente con corazón contrito; y el orgullo, por no juzgar ni despreciar a nadie a la manera del fariseo fanfarrón (cf. Lc 18, 11-12), y por considerarse el más pequeño de todos los hombres. Lc 18,11-12), y considerándose el más pequeño de todos los hombres.