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  • La oración pasa de la súplica a la thanksgiving, y la meditación de las verdades divinas de la fe llena el corazón de un sentimiento de júbilo y de esperanza intachable. Esta esperanza es un anticipo de las bendiciones futuras, de las que el alma ya ahora recibe experiencia directa, y así llega a conocer en parte la sobrecogedora riqueza de la generosidad de Dios, de acuerdo con las palabras del Salmista: "Gustad y conoced que el Señor es generoso" (Sal. 34:8). Porque Él es el júbilo de los justos, la alegría de los rectos, el regocijo de los humildes y el consuelo de los que se afligen por Él.