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El corazón lo entrega todo al momento. La mente juzga y se contiene.
En la mayoría de nuestras relaciones humanas, pasamos gran parte de nuestro tiempo asegurándonos mutuamente que nuestros trajes de identidad están bien puestos.
Cuando vemos al Amado en cada persona, es como pasear por un jardín, viendo florecer las flores a nuestro alrededor.Esto es copyright © By Pumpkin Limited