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  • No habrá nadie como nosotros cuando nos hayamos ido, pero entonces no hay nadie como nadie, nunca. Cuando las personas mueren, no pueden ser reemplazadas. Dejan agujeros que no pueden llenarse, porque el destino -el destino genético y neuronal- de cada ser humano es ser un individuo único, encontrar su propio camino, vivir su propia vida, morir su propia muerte.

    Oliver Sacks (2015). “Gratitude”, p.14, Pan Macmillan
There will be no one like us when we are gone, but then there is no one like anyone else, ever. When people die, they cannot be replaced. They leave holes that cannot be filled, for it is the fate - the genetic and neural fate - of every human being to be a unique individual, to find his own path, to live his own life, to die his own death. - Oliver Sacks
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