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Seguir a Jesús no consiste en cumplir diligentemente una serie de normas o en conjurar la fortaleza moral para llevar una buena vida. Se trata de amar a Dios y disfrutar de Él
Seguir a Jesús no consiste en cumplir diligentemente una serie de normas o en conjurar la fortaleza moral para llevar una buena vida. Se trata de amar a Dios y disfrutar de Él