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O permites que las Sagradas Escrituras te cambien, o normalmente tratarás de usarlas para cambiar -y aporrear- a otras personas. Es el colmo de la idolatría utilizar la supuesta Palabra de Dios para que mi pequeño yo tenga el control y la razón. Pero me temo que esto ha sido más la norma que la excepción en el uso de la Biblia.