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  • Verás, no espero ganar un premio al control estoico y la dignidad a la hora del duelo. La muerte merece rabietas. Vencer la indignación conmocionada, las patadas en la ingle, las pedradas, clasificadas como inaceptables, que no se toleren, que no se cortejen, que no se conspiren. Sólo entonces la música, la danza, las películas, las obras de teatro, el rap, pueden hablar de la vida. Sólo entonces la vida puede ser apreciada y adorada.