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Mi padre me llamaba su princesa cubana porque tenía la piel muy oscura y aceitunada porque siempre estaba al sol; pero en realidad ya no tomo el sol, así que por eso soy tan blanca.
Mi padre me llamaba su princesa cubana porque tenía la piel muy oscura y aceitunada porque siempre estaba al sol; pero en realidad ya no tomo el sol, así que por eso soy tan blanca.