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  • Creo que la familia está más cerca del corazón de Dios que cualquier otra cosa, el sistema de apoyo que nos ha dado para edificarnos en la fe, y para sostenernos cuando flaqueamos. Si queremos que nuestra vida familiar se ajuste a la voluntad de Dios, Jesús debe ser nuestra prioridad, nuestro punto focal, tanto en nuestro hogar como en nuestros ministerios.
    Eso no significa que siempre sea fácil convivir: el hogar puede ser el lugar más difícil para vivir una vida cristiana. Allí es donde la gente nos ve cuando estamos cansados y con las defensas bajas.