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No hay desesperación tan absoluta como la que viene con los primeros momentos de nuestro primer gran dolor, cuando aún no hemos sabido lo que es haber sufrido y haber sanado, haber desesperado y haber recobrado la esperanza.
No hay desesperación tan absoluta como la que viene con los primeros momentos de nuestro primer gran dolor, cuando aún no hemos sabido lo que es haber sufrido y haber sanado, haber desesperado y haber recobrado la esperanza.