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Quizá el amor era una superstición, una oración que rezábamos para mantener a raya la verdad de la soledad. Incliné la cabeza hacia atrás. Las estrellas parecían estar muy juntas, cuando en realidad estaban separadas por millones de kilómetros. Al final, tal vez el amor sólo significaba anhelar algo imposiblemente brillante y siempre fuera de nuestro alcance.