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De pronto no había nada más que un mundo de nubes, y los tres estábamos allí solos en medio de una gran llanura blanca con colinas y montañas nevadas que nos miraban fijamente; y todo estaba muy quieto; pero se oían susurros.
De pronto no había nada más que un mundo de nubes, y los tres estábamos allí solos en medio de una gran llanura blanca con colinas y montañas nevadas que nos miraban fijamente; y todo estaba muy quieto; pero se oían susurros.