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Por ahora, las decisiones están sobre nosotros y no podemos permitirnos retrasos. No podemos confundir el absolutismo con los principios, ni sustituir la política por el espectáculo, ni tratar los insultos como un debate razonado.
Por ahora, las decisiones están sobre nosotros y no podemos permitirnos retrasos. No podemos confundir el absolutismo con los principios, ni sustituir la política por el espectáculo, ni tratar los insultos como un debate razonado.