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No me gusta la idea de que haya cosas prohibidas para los niños, como un salón elegante donde no puedan tocar nada. Tengo tazas de cerámica antiguas y dejo que mis hijas las cojan. Así aprenden a tratar los objetos con respeto.
No me gusta la idea de que haya cosas prohibidas para los niños, como un salón elegante donde no puedan tocar nada. Tengo tazas de cerámica antiguas y dejo que mis hijas las cojan. Así aprenden a tratar los objetos con respeto.