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Lo sorprendente es que yo no era gracioso en el instituto. Siempre estaba celoso de los chicos graciosos porque siempre conseguían a las chicas. No podía contar un chiste para salvar mi vida.
Lo sorprendente es que yo no era gracioso en el instituto. Siempre estaba celoso de los chicos graciosos porque siempre conseguían a las chicas. No podía contar un chiste para salvar mi vida.