La atención plena puede sentar las bases de un vínculo emocional que permita estar plenamente presente y ser auténtico durante un diálogo o una discusión. Un enfoque consciente a la hora de entablar conversaciones difíciles mantiene a ambas partes alejadas del calor de las emociones y les permite explorar las necesidades, los deseos y los intereses de ambas partes. Se suspende el juicio y, con un vínculo fuerte, la mente es capaz de centrarse y buscar el beneficio mutuo del objetivo común.