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No queremos mantener nuestras tropas en Afganistán. No queremos bases militares allí. Es angustioso para Estados Unidos perder a nuestros jóvenes hombres y mujeres. Es costoso y políticamente difícil continuar este conflicto. Con gusto traeríamos a casa a cada una de nuestras tropas si pudiéramos estar seguros de que no hay extremistas violentos en Afganistán y ahora en Pakistán decididos a matar a tantos estadounidenses como puedan.