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Cada registro ha sido destruido o falsificado, cada libro ha sido reescrito, cada cuadro ha sido repintado, cada estatua y edificio callejero ha sido renombrado, cada fecha ha sido alterada. Y ese proceso continúa día a día y minuto a minuto. La Historia se ha detenido. No existe nada, salvo un presente interminable en el que el partido siempre tiene razón.