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Abrazar el conflicto puede ser una alegría cuando sabemos que la irritación y la frustración pueden conducir al crecimiento y a la reinserción de nosotros mismos y de los demás. Las cabezas calientes y los corazones fríos nunca han resuelto nada.
Abrazar el conflicto puede ser una alegría cuando sabemos que la irritación y la frustración pueden conducir al crecimiento y a la reinserción de nosotros mismos y de los demás. Las cabezas calientes y los corazones fríos nunca han resuelto nada.