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Otro editor. Esa cosa detrás de su oreja es su lápiz. Cada vez que encuentra algo brillante en tu manuscrito, lo golpea con él. Eso le hace bien, le hace sonreír y enseñar los dientes, como hace en la foto. Éste acaba de encontrar una cosa inteligente, y ahora está sentado allí con sus pulgares en los agujeros de sus chalecos, regodeándose. Están llenos de envidia y malicia, los editores lo están.