Toda persona debe vivir la vida interior de una forma u otra. Consciente o inconscientemente, voluntaria o involuntariamente, el mundo interior nos reclamará y exigirá sus cuotas. Si vamos a ese reino conscientemente, es mediante nuestro trabajo interior: nuestras oraciones, meditaciones, trabajo con los sueños, ceremonias e Imaginación Activa. Si intentamos ignorar el mundo interior, como hace la mayoría de nosotros, el inconsciente se abrirá camino en nuestras vidas a través de la patología: nuestros síntomas psicosomáticos, compulsiones, depresiones y neurosis.