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A menudo hablamos demasiado y escuchamos demasiado poco. El camino más seguro para ganar un amigo no es convencerle de que tienes razón, sino de que te importa lo que piensa.
A menudo hablamos demasiado y escuchamos demasiado poco. El camino más seguro para ganar un amigo no es convencerle de que tienes razón, sino de que te importa lo que piensa.