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Los datos de las encuestas sugieren que la guerra se ha vuelto más impopular. La mayoría de los estadounidenses piensa ahora que fue un error, lo que supone un cambio respecto al 51% que la apoyó el día de las elecciones. Es cierto que se trata sólo de un pequeño cambio en la población, de una mayoría a una minoría. Los que han cambiado de opinión tampoco se ganan la gracia por sus nuevas opiniones. Siguieron apoyando la guerra el día de las elecciones y siguen siendo responsables de ella.