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La delincuencia es sólo el peor ejemplo, pero es un paradigma de otros desastres de la política laborista. Nadie dice a los votantes que la delincuencia está disminuyendo: que sigan asustados hasta la médula.
La delincuencia es sólo el peor ejemplo, pero es un paradigma de otros desastres de la política laborista. Nadie dice a los votantes que la delincuencia está disminuyendo: que sigan asustados hasta la médula.