Autores:
  • Como Santos de los Últimos Días debemos estar siempre vigilantes. La manera en que cada persona y cada familia puede protegerse contra las hondas y flechas del Adversario y prepararse para el gran día del Señor es aferrarse firmemente a la vara de hierro, ejercer mayor fe, arrepentirse de nuestros pecados y defectos, y participar ansiosamente en la obra de Su reino en la tierra, que es La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Aquí reside la única felicidad verdadera para todos los hijos de nuestro Padre.