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No cedas tu cuello
Al yugo de la fortuna, pero deja que tu mente intrépida
aún cabalgue triunfante sobre todo infortunio.
En lo difícil están las fuerzas amigas, las manos
que trabajan en nosotros.
No cedas tu cuello
Al yugo de la fortuna, pero deja que tu mente intrépida
aún cabalgue triunfante sobre todo infortunio.
En lo difícil están las fuerzas amigas, las manos
que trabajan en nosotros.