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... la mujer que crece con la idea de que ella es simplemente un animal amable, que debe ser acariciado y engatusado, es invariablemente una mujer amargamente decepcionada. Una partida de ajedrez curará tal engreimiento para siempre. La mujer que más sabe, que más piensa, que más siente, es la más. El afecto intelectual es el único amor duradero. El amor que tiene una partida de ajedrez puede dar jaque mate a cualquier hombre y resolver el problema de la vida.