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De modo que entre el Cabo de Santa María y Japón estuvimos cuatro meses y veintidós días; en ese tiempo no había más de seis, aparte de mí, que pudieran mantenerse en pie.
De modo que entre el Cabo de Santa María y Japón estuvimos cuatro meses y veintidós días; en ese tiempo no había más de seis, aparte de mí, que pudieran mantenerse en pie.