La conclusión es la siguiente: La paz sólo llegará a Israel y a Oriente Próximo cuando el gobierno israelí esté dispuesto a cumplir con el derecho internacional, con la Hoja de Ruta para la Paz, con la política oficial estadounidense, con los deseos de la mayoría de sus propios ciudadanos -y a honrar sus propios compromisos previos- aceptando sus fronteras legales. Todos los vecinos árabes deben comprometerse a respetar el derecho de Israel a vivir en paz en estas condiciones.