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Deberíamos emprender el camino más corto, tal vez con el espíritu de una aventura imperecedera, para no regresar jamás, enviando de vuelta nuestros corazones embalsamados sólo como reliquias a nuestros reinos desolados.
Deberíamos emprender el camino más corto, tal vez con el espíritu de una aventura imperecedera, para no regresar jamás, enviando de vuelta nuestros corazones embalsamados sólo como reliquias a nuestros reinos desolados.