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Los tiempos de tragedia y guerra suscitan naturalmente fuertes emociones... A veces la gente está demasiado ansiosa por sacrificar sus libertades constitucionales durante una crisis, con la esperanza de obtener algún grado de seguridad. Sin embargo, nada complacería más a los terroristas que el hecho de que renunciáramos voluntariamente a nuestras preciadas libertades por sus acciones.