-
La obra es realmente una especie de pesadilla. Debería fluir rápidamente y sin esfuerzo de un momento a otro. En Londres, tuvimos dificultades con el decorado, que exigía demasiado esfuerzo para moverse. Después de haber visto cómo se hacía una vez, quise trabajar en el guión para hacerlo más nítido y preciso.