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Ella sonrió, si él podía verlo, y esperó a que él hiciera la verdadera pregunta. Pero él guardó silencio. Se dio cuenta de que él quería que ella contara la historia voluntariamente, y ella podía elegir no decir nada. Pero él merecía saberlo. Todos lo merecían, y Kirra ya lo sabía, y Cammon podría haberlo adivinado, porque Cammon podía leer las almas, pero Tayse era la única a la que se lo diría.