-
Si permitimos que la consideración de la moralidad pagana y la religión pagana nos absuelvan del deber de predicar el evangelio, en realidad estamos deponiendo a Cristo de Su trono en nuestras propias almas.
Si permitimos que la consideración de la moralidad pagana y la religión pagana nos absuelvan del deber de predicar el evangelio, en realidad estamos deponiendo a Cristo de Su trono en nuestras propias almas.