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Si quiere entender este secreto, primero debe comprender la diferencia entre adiestrar a un animal y educarlo. Los animales adiestrados son relativamente fáciles de educar. Todo lo que se necesita es un libro de instrucciones, una cierta cantidad de fanfarronería y bravuconería, algo que utilizar para amenazar y castigar y, por supuesto, el animal. Educar a un animal, en cambio, exige inteligencia aguda, integridad, imaginación y un toque suave, mental, vocal y físicamente.