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Es ciertamente una concepción maravillosa, asombrosa... que nuestro propio universo estelar no sea más que uno de cientos de miles de universos similares... La familiaridad con estos poderosos conceptos no engendra ciertamente desprecio, no embota nuestro asombro ante el poderío del universo en el que desempeñamos un papel tan pequeño. Es muy dudoso que alguno de los que estudian seriamente los cielos pierda alguna vez su sentimiento de reverencia por este universo supremamente maravilloso y por Quienquiera o Lo Que Sea que esté detrás de todo ello.