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Lanzo la pelota de baloncesto; sé que navega en una parábola, mostrando una simetría perfecta, que se ve interrumpida por la canasta. Es curioso, pero siempre está interrumpida por la canasta.
Lanzo la pelota de baloncesto; sé que navega en una parábola, mostrando una simetría perfecta, que se ve interrumpida por la canasta. Es curioso, pero siempre está interrumpida por la canasta.