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  • ...y los gritos de los pájaros y el alboroto de los monos se hacían cada vez más remotos, y el mundo se volvía eternamente triste. Los hombres de la expedición se sintieron abrumados por sus recuerdos más antiguos en aquel paraíso de humedad y silencio, remontándose a antes del pecado original, mientras sus botas se hundían en charcos de aceite humeante y sus machetes destrozaban lirios ensangrentados y salamandras doradas.