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Si se seca la castaña, quitando las dos cortezas, se pulveriza y se hace un electuario con el polvo y la miel, es un remedio excelente para la tos y la expectoración de sangre.
Si se seca la castaña, quitando las dos cortezas, se pulveriza y se hace un electuario con el polvo y la miel, es un remedio excelente para la tos y la expectoración de sangre.