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No se nos pide que suscribamos ninguna utopía ni que creamos en un mundo perfecto a la vuelta de la esquina. Se nos pide que seamos pacientes con el avance necesariamente lento y a tientas en el camino hacia adelante, y que estemos preparados para cada paso adelante a medida que se haga factible. Se nos pide que nos dotemos de valor, esperanza, disposición para el trabajo duro y que abriguemos ideales grandes y generosos.