-
Elegir vivir en espacios estrechos conduce a una forma de agorafobia mental y eso conlleva sus propios terrores. Creo que los que voluntariamente carecen de imaginación ven más monstruos, suelen tener más miedo. Es más, los que eligen no empatizar permiten que haya verdaderos monstruos. Porque sin cometer nunca un acto de maldad absoluta, colaboramos con nuestra propia apatía.