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Noé obedeció la orden de Dios de construir un arca... para que pudieran salvarse de las aguas de la inundación. Sin embargo, no había evidencia de lluvia e inundación. Sus acciones fueron consideradas irracionales. El sol brillaba y la vida avanzaba como de costumbre. Pero el tiempo se agotó. Llegó la inundación y los desobedientes se ahogaron. Cuando Dios habla y nosotros obedecemos, siempre tendremos razón.