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  • Soy amante de lo que es, no porque sea una persona espiritual, sino porque me duele cuando discuto con la realidad. Podemos saber que la realidad es buena tal como es, porque cuando discutimos con ella, experimentamos tensión y frustración. No nos sentimos naturales ni equilibrados. Cuando dejamos de oponernos a la realidad, la acción se vuelve sencilla, fluida, amable y sin miedo.