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  • Esta vida del reino de Dios no es cuestión de despertarse cada mañana con una lista de tareas o una agenda que atender, dejada en nuestra mesilla de noche por el Espíritu Santo para nosotros mientras dormíamos. Nos despertamos ya inmersos en una gran historia de creación y alianza, de Israel y Jesús, la historia de Jesús y las historias que Jesús contó. Nos dejamos formar por estas historias formativas y, sobre todo, al escuchar las historias que cuenta Jesús, nos hacemos una idea de cómo lo hace, de cómo habla, de cómo trata a la gente, a la manera de Jesús.