-
Elizabeth contaba con Marco para mantener ocupada a la prima Mary hasta que terminara la reunión de la junta. Un trozo de queso podría atrapar a un ratón, pero una tarde a solas con un musculoso masajista atraparía a su prima con mucha más eficacia. Y después, mientras Mary yacía saciada y dormida sobre una camilla de masajes, cabezas más sabias podrían determinar el futuro de la empresa. Elizabeth penso que habia momentos en que el exito en los negocios exigia la mas absoluta crueldad.