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Todos tenemos momentos de debilidad, momentos en los que perdemos la fe, pero son nuestros defectos, nuestras debilidades, lo que nos hace humanos. Ahora la ciencia hace milagros como los dioses de antaño, creando vida a partir de células sanguíneas o bacterias, o de una chispa de metal. Pero son criaturas perfectas y en ese sentido no podrían ser menos humanas. Hay cosas que las máquinas nunca harán, no pueden poseer fe, no pueden estar en comunión con Dios. No pueden apreciar la belleza, no pueden crear arte. Si alguna vez aprenden estas cosas, no tendrán que destruirnos, serán nosotros.